Qué maravilla poder hablar sobre algo que no tenga que ver con lo que hoy —y ayer y hace ya más tiempo del que soy capaz de recordar— vuelve a ocupar nuestros intoxicados cerebros. Hoy en la barra de esta cantina vamos a hablar de una serie de televisión recién estrenada por Movistar+ que nos ha impactado a los parroquianos aquí presentes. Y eso que la expectativa era ya alta al ver que estaba dirigida por Dani de la Torre, cuya factura en El desconocido (2015) y, sobre todo, en la reciente La sombra de la ley (2018) —recomendadísima— me habían llamado mucho la atención. A esto se sumaba la presencia de Luis Zahera en el reparto, un actor con un registro tan contundente y particular que la pantalla se le queda pequeña cada vez que aparece.
Lo primero que tengo que destacar sobre La unidad es la solvencia del guión escrito por el propio Dani de la Torre y por Alberto Marini, algo de lo que han adolecido muchas de las series coproducidas por Movistar+, cuyas tramas apenas se sostenían y terminaban derrumbándose conforme avanzaban los episodios. Se nota que han sido bien asesorados por expertos, lo cual ya es un motivo de peso para sentarse a verla. El argumento gira en torno a las vidas de un grupo de policías que integran la brigada antiterrorista del Cuerpo Nacional de Policía. Y hago especial énfasis en el término «vidas» porque el metraje no se centra exclusivamente en la parte profesional sino que también muestra la cotidianidad de las personas que hay detrás de las placas. En este punto es necesario subrayar una realidad: nuestro país está al frente de la lucha contra el terrorismo a escala internacional y que ya iba siendo hora de que alguien hiciera alarde de ello en la ficción. Esta unidad de élite la componen agentes con una formación excelente capaces de coordinarse con servicios de inteligencia de otros países y están preparados para tomar decisiones críticas con el único propósito de adelantarse a la comisión del delito, una anticipación que, en el ámbito del terrorismo, se traduce en salvar vidas humanas. Me ha gustado también cómo se ha retratado el papel de los que están al otro lado, huyendo de los tópicos y sin caer en la manida caricaturización del «malo». Los yihadistas se muestran como lo que son: personas radicalizadas que tienen la absoluta convicción de estar llevando a cabo una misión divina. Están dispuestas a dar la vida por ello, de ahí que representen una amenaza real y tangible, muy presente en los seis episodios que conforman esta producción que cuenta con secuencias brutales más propias de la gran pantalla.
Lo que más me ha costado digerir es la relación entre los dos personajes que más peso tienen en la serie y que interpretan con corrección Nathalie Poza y Michel Noher. Quiero pensar que lo han hecho pensando en futuras temporadas donde amortizar el tiempo que le han dedicado y que, particularmente, creo que le restan tensión a la trama. Unos minutos que yo hubiera invertido en un valor seguro como es Luis Zahera, cuyo personaje aparece y desaparece continuamente quedando un tanto desdibujado.
Al margen de estos detalles que bien podrían no ser tomados en consideración dado que este que escribe no es ningún experto, creo que el resultado final de La unidad es más que prometedor. Habrá que estar muy atentos porque o mucho me equivoco o Dani de la Torre ha encontrado un filón que podría traernos unas cuantas horas de entretenimiento de calidad.
Falta nos hace.
Artículo publicado en El Norte de Castilla el 22 de mayo de 2020