Pude asaltar a César Pérez Gellida en una de sus visitas a la ciudad de Cádiz. Hablamos sobre libros, el oficio de la escritura y editoriales, aunque solo fuese una excusa para tomar Ruavieja. Ganador del Premio Racimo de oro de literatura, Medalla de honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses y Premio Valencia Negra. En las siguientes líneas, conoceremos algunos detalles de su última novela, Todo lo peor, que estará disponible en todas las librerías de España en los próximos días.
– Me llamó mucho la atención de tu anterior novela, Todo lo mejor, que estuviese ambientada en Berlín durante el periodo más crudo de la Guerra Fría. A medida que iba avanzando en la lectura descubrí que tratas el marco histórico con una maestría envidiable. Con Todo lo Peor volvemos a sumergirnos en los entresijos de la KGB y la Stasi. ¿Cómo ha sido el proceso de documentación de estas novelas? ¿Por qué escoger el Berlín del siglo pasado?
Siempre me ha atraído el momento histórico de la Guerra Fría, y si había un epicentro de todo en aquel período ese era Berlín. Al margen, conozco bien la ciudad y me apasiona.
Normalmente yo no realizo una fase de documentación previa sino que lo voy haciendo conforme me voy encontrando la necesidad. Es verdad que para esta novela vi muchos documentales, leí unos cuantos libros de historia e investigué sobre el modo de vida de los ciudadanos de la RDA. Es algo con lo que disfruto y, además, me ha servido para dos novelas.
– También me ha dado mucha alegría saber que en Todo lo Peor volveremos a ver a los investigadores Viktor Lavrov y Otto Bauer. ¿Son personajes con los que te sientes lo suficientemente cómodo como para seguir escribiendo sobre ellos?
Sobre todo con Viktor, que ya tiene un papel protagonista en mi primera trilogía bajo su nombre real: Armando Lopategui. De Otto Bauer me fui enamorando conforme avanzaba en la trama y realmente estoy muy satisfecho con el desarrollo de este personaje que (esto no es spoiler) nos lo vamos a encontrar muy cambiado como consecuencia de los acontecimientos vividos en Todo lo mejor.
– Aprovechando la pregunta: ¿estamos frente a una bilogía, una trilogía o una saga?
Con esta novela se cierra un ciclo.
– Varios cadáveres de homosexuales aparecen brutalmente asesinados en el Berlín Este de finales de la Guerra Fría. Es evidente que los derechos y las libertades del ser humano distaban mucho de lo que podemos encontrarnos hoy día. ¿Crees que actualmente la sociedad camina en la dirección correcta hacia el progreso? Imagino, que Todo lo peor tiene su propio discurso sobre la igualdad y la no discriminación.
Se avanza, en efecto, pero mucho más despacio de lo que correspondería a una sociedad madura de la que tanto nos gusta alardear. Yo en mis novelas nunca pretendo dogmatizar, pero si existe un mensaje que cala en el lector, bienvenido sea.
– En Todo lo peor nos vamos a cruzar con un asesino despiadado que cree tener entre sus manos una misión mesiánica. Recuerdo que disfruté mucho con el uso de la sangre y el color rojo en tu anterior novela. Además de tener bastante protagonismo, guardaba relación con rituales sexuales y casi vampirescos. Si miramos cara a cara al asesino de esta última novela, ¿qué es lo que vamos a ver en el reflejo de sus ojos?
Crueldad. Es alguien que cree tener una misión que cumplir y nada ni nadie va a detenerlo. Es, posiblemente, el personaje más despreciable que ha salido de mi retorcida mente.
– ¿También has escrito este libro con el ruido de un secador de fondo?
Por supuesto. No concibo el oficio de otra manera.
– Si no me equivoco, Todo lo Peor será tu décima novela publicada. Además de haberte convertido en uno de los referentes del género negro en España, este año has sido galardonado con el premio Valencia Negra. ¿Realmente esperabas que Todo lo mejor tuviese una acogida tan calurosa por parte de los lectores y de los amantes del género?
Confiaba en que fuera del gusto de los lectores que se consideran gellidistas porque aunaba todos los ingredientes principales que conforman mi estilo de escritura. Ahora bien, esta ha llegado más lejos, a nuevos lectores que me han conocido gracias a Todo lo mejor, por lo que no podría estar más orgulloso de la decisión de embarcarme en este proyecto.
– Tuve la suerte de poder escucharte en una de tus conferencias. Fue en un instituto del Puerto de Santa María y en ella, además de sembrar el gusanillo de la escritura a los alumnos de manera muy acertada, hablaste sobre el funcionamiento del sector editorial y del panorama actual en cuanto al hábito de lectura de las nuevas generaciones. ¿Qué futuro le auguras al sector? ¿Crees que dentro de veinte o treinta años podrá verse algún niño con un libro entre las manos?
El ser humano lleva creando historias desde que bajó de los árboles, treinta años son un suspiro y aunque cambien las formas de consumo, siempre existirá quién prefiera leerlas.
Yo soy optimista y veo que la Industria Editorial se ha sabido recuperar y salir reforzada de un bache muy profundo. Está claro que si de mí dependiera trataría de cambiar muchas cosas que no me gustan, sobre todo en la parte que nos toca a los autores, pero como no es el caso guardo mis energías para aporrear el teclado.
– ¿Hay cáscaras de plátano en Todo lo Peor?
Me descojono. Sí, pero eso lo tienen que descubrir los lectores.
– ¿Aconsejas leer Todo lo mejor antes de disfrutar de este nuevo lanzamiento o son novelas independientes?
No es del todo necesario dado que son historias independientes. Solo hay una subtrama que no se resuelve en Todo lo mejor, pero, dicho esto, los lectores que hayan pasado por la novela precedente entenderán mejor la evolución psicológica de algunos personajes.
– Soy consciente de que aún es demasiado pronto y que ahora toca disfrutar de las primeras opiniones de Todo lo peor. Pero también me consta que eres uno de esos escritores que trabajan de sol a sol y que siempre tienes alguna idea rondando por la cabeza. ¿Existe algún proyecto que tengas entre manos del que nos puedas adelantar algunos detalles?
Sí, claro, y estoy avanzando en ello a buen ritmo para tenerlo bien armado en el último trimestre del año que viene. Y hasta ahí puedo contar.